Dice alguna que otra vez el maestro Pérez Reverte que España es un país en el que “tenemos tontos y tontas para rato”, entre otras lindezas y verdades incómodas que pocos quieren leer o escuchar. Uno, que admira a Reverte por su agudeza y sobre todo por no tener pelos en la lengua, sabe interpretar sus palabras y juzga que don Arturo no está insultando a todos lo españoles, en absoluto. Insulta a quienes merecen ser insultados y sólo aquellos que se duelen ante estas arengas deberían temer sus afiladas palabras –que ríase usted de la espada de Alatriste.