Que no se ha muerto, que estaba de parranda…

No sabéis cómo me alegra volver a saludaros a todos desde este rinconcito que hemos convertido en nuestro hogar, aquí, en el ciberespacio.

He pasado algunas semanas alejado del blog, como habréis podido notar. Desgraciadamente, no ha sido por voluntad propia sino por motivos laborales. Ya sabéis, los escritores que pueden vivir en este país exclusivamente de su trabajo se cuentan con los dedos de una mano y, aunque es a lo que aspira éste que suscribe, de momento no me resulta posible, por lo que compagino mi labor literaria con un trabajo como redactor en una agencia creativa. Hemos tenido, a Dios gracias, mucha actividad este mes y no he podido disfrutar de ningún momento de solaz… solaz relativo, dado que suelo emplear este tiempo para mis otras actividades, entre ellas, el blog y mis colaboraciones en Zona Negativa. Para que veáis que no exagero, celebré mi cumpleaños trabajando. Por no tener, no he tenido ni fines de semana. Pero qué os voy a contar yo sobre esta vida de locos que llevamos que no sepáis ya a estas alturas.

En otro orden de cosas, seguimos con la promoción de Diario de un Cazador – Linaje. Os iré avisando de las novedades –que haberlas, las habrá– en cuento se vayan produciendo. Permaneced atentos a esta misma página.

Os diré también que ya estamos preparando la edición de mi siguiente novela con Aladena, pero de momento todo es secreto sumarial. También cuento con traeros novedades al respecto muy pronto.

Finalmente, comentar que, en cuanto pueda recuperarme un poco, retomaré mi séptimo manuscrito. Me encontraba trabajando en él cuando me requirió el deber y tuve que dejarlo aparcado. Ahora que todo parece tender a normalizarse, espero poder ponerme con ello y daros muy pronto la noticia de que la séptima novela está terminada. Más información en breve.

La próxima semana intentaré colgar un artículo medio decente.

Espero teneros al otro lado.

Un saludo.