No se van a creer lo que me ha sucedido.
Me levanté esta mañana y descubrí toda una suerte de eventos que me han hecho dudar seriamente de mi cordura.
A saber:
No se puede fumar en ningún lado y el tabaco es, cada día más, un vicio de la clase pudiente. El IVA pasa a ser un 2% mayor afectando por igual a todos los ciudadanos. Los cuentos infantiles de toda la vida ahora deben ir a la hoguera. Tenemos miembros y miembras en todas las partes y partas. Los soldados no pueden mostrar respeto a símbolos religiosos. España está a la cabeza de Europa en paro, educación, etc., pero empezando por la cola. A los niños de primaria se les enseñará a realizar felaciones. La Iglesia Católica debe ser perseguida. El Islam, por el contrario, protegido y fomentado. Se han congelado las pensiones y se bajan los sueldos de los funcionarios. El árabe se convierte en la segunda lengua de las escuelas andaluzas que, además, dejan de impartir Ética para ofrecer algo llamado Educación para la Ciudadanía. Los muertos de la Guerra Civil se levantan de sus tumbas, pero lo hacen sólo en un bando. Se ilustra a los jóvenes con un mapa del clítoris y la Justicia, los Medios de Comunicación y la Economía se escoran en función de los deseos de la Política. El 15% de la población separatista de ciertas comunidades autónomas pone la soga al cuello del gobierno central. Europa interviene en las decisiones del país. Un extraño club se reúne para dictar los designios del mundo. Hay que usar traductor en el Congreso de los Diputados de España y el aborto ya no es un asesinato, sino un síntoma de evolución y avance.
Ante tamaña pesadilla, no pude por menos que conectar la televisión y resultó que no era producto de una ensoñación, sino la amarga realidad.
No sé ustedes qué pensarán, pero yo me vuelvo a la cama.
Dulces sueños.
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