Ya pasó el día once, que quedará en mi recuerdo como una de esas fechas entrañables difíciles de olvidar.
He tomado un –si me permitís el apunte- merecido descanso porque, tras la presentación, había acumulado más de dos meses de concienzudo trabajo con el fin de que todo saliera lo mejor posible. No os mentiré si digo que ayer pasé el día relajado para recuperar fuerzas y aliviar ligeramente el pensamiento, que tampoco viene mal.
Pero faltaba realizar esta pequeña entrada, transmisor inevitable de los sentimientos y emociones del día grande de mi segundo hijo de papel.
A pesar de los inefables nervios, naturales en el padre orgulloso –más que nada, porque uno tiende a ser un ápice perfeccionista… a veces por demás-, todo transcurrió con bastante naturalidad y cierto encanto, o así lo percibí yo.
Aunque las inclemencias del tiempo, las gripes y enfermedades varias, así como los imprevistos de última hora, impidieron asistir a muchas de las personas que habían confirmado su invitación, logramos llenar la sala del Ámbito Cultural de El Corte Inglés, algo que os agradezco de todo corazón y que también es motivo innegable de orgullo.
Lucía Gil, Directora de Comunicación de Aladena, presentó con su destreza habitual a Don Francisco Castellano, escritor de larga e interesante trayectoria que va desde la novela a la poesía, pasando por los cuentos, y pintor de esta tierra nuestra por añadidura que, en su infinita generosidad, expuso con delicadeza, corazón y maestría la historia de El Vuelo del Cisne, señalando también las peculiaridades de algunos de sus personajes.
Vaya para Francisco mi más sentida gratitud por su esplendidez desmedida.
Tras cautivarnos a todos, me tocó el momento de intervenir. En la línea que he seguido hasta ahora, no quise desvelaros ningún hilo de la trama, por lo que opté por centrarme en algunas de las claves que perseguía con el libro.
Después, dimos paso al vídeo promocional de la obra, que sirvió de colofón al evento, e inauguró una sesión de firmas multitudinaria que también he de agradeceros a todos vosotros.
Tan sólo me queda incluir los nombres de los asistentes como un pequeño signo de lo mucho que os merecéis. Que me perdonen aquellos cuyo nombre desconozco pero que también tuvieron a bien acompañarnos en tan señalado día.
Gracias a:
Anadori, Iñigo, Arantxa y Beatriz (Civis), Inma y sus padres, Concha, Antonio y Elisa, Ana y Trini, Chon, Bernardo y Vivi, Carlos (mi sobrino putativo), Carlos, Isabel y Mari, Carlos Juan, Carmen, Carmen A., Concha, Paquita y Domingo, Concepción, Eugenio e Hilda (a los que ni la enfermedad pudo impedir que asistieran), Francis y Ciryl, Georgina y Eduardo, Iñigo, Irene, Amalia y Jesús, Maribel y Pepe, Vicky, Conchi A., Pepe y Toya, Pepe I. y su esposa, Cheli, Juan Carlos y Carmen, Juan Luis (Coque) y Marta, Manolo y su madre, Mari, Manuel y Ana, Manolo y María Luisa, Margarita y Pilar, Mari Carmen y Pepe, María Jesús, María Victoria y Rocío, Mariquilla e Ignacio, Mercedes, Miguel Ángel y María, Milagros, Roberta, Marianne y todos los amigos que les acompañaron, Nieves, Paquita y Mariberna, Rafael (que aguantó a pesar de su malestar), Kiko, Salvador y Ana, Sara y Víctor (mi antiguo profesor, gracias por venir), Sara, Antonio T., María Dolores, Encarna y Juan, Isidoro, Juanita, Marina, Loli F., Marnolo y Conchi. A mis compañeros escritores: Diego Ceano, Lourdes Fernández, Guillermo Díaz, Miguel Ángel González Granda y Miguel, que dentro de muy poco nos deleitará con su libro. A mis queridos compañeros de curso, empezando por Mari Carmen, nuestra profesora, y también Paqui, Ana, Gaby, Eva y Mari.
También quisiera agradecer especialmente su colaboración a Carlos Caro, Isabel Ramírez (que no pudo quedarse con nosotros debido a su apretada agenda) y Eva, que nos abrieron las puertas de El Corte Inglés y su Ámbito Cultural, acogiéndonos con profesionalidad y aligerando nuestra carga dentro de sus posibilidades.
Y, como no, a los profesionales de Aladena: Francisco Vázquez, Lucía Gil y Marta Díez, que diseñó la bella portada del libro, por su ayuda, trabajo y comprensión.
A Joaquín Marín, Victor, Fernando y el resto de medios de comunicación que os habéis hecho eco de El Vuelo del Cisne.
También a todos los ausentes que, sé de buena tinta, teníais intención de venir. Tranquilos. El año que viene me tendréis de nuevo dando la murga.
A todos, desde lo más profundo de mi corazón, GRACIAS.
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