Por ello, y dado que Málaga y sus diferentes localidades son en esencia el escenario por el que transcurren ambas obras, decidimos comenzar un peregrinaje por buena parte de la geografía malacitana.
Ahora realizamos una única presentación en Nerja –debido a lo apretado de la agenda y no por falta de cariño hacia la ciudad– y va a ser un acto diferente. Ello radica en el hecho de que, por una vez, nos alejamos de librerías y bibliotecas, lugares asimilables para esta clase de actos, y fijamos nuestras miras en el mismísimo Balcón de Europa, para ser precisos, en el Restaurante Rey Alfonso, representación de la esencia nerjeña. Desde sus cristaleras se observa la mágica conjunción de cielo, tierra y mar, como un poema encarnado que no es sino el alma bella de la villa y sus gentes. Combinar la estampa con los sabores que nos ofrece el Rey Alfonso, no tiene precio.
Si no me creen, echen un vistazo a la web del restaurante:
· Página del Rey Alfonso.
Conocer Nerja es una necesidad. Disfrutar Nerja es una obligación. Vengan a la presentación o no, les animo a dejarse mecer por la brisa del Balcón de Europa, perdiendo su vista en lontananza, allá donde el horizonte oculta el beso del cielo y el mar.
Eso sí, debo realizar una advertencia: una vez se visita Nerja, queda alojada en el corazón para siempre jamás.
Un saludo.
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