La Gripe A, pandemias y otras mentiras…

Quería escribir sobre la Gripe A. No sólo porque se trata de un tema de actualidad, sino porque hay muchas cosas que no me terminan de encajar del todo y siento la necesidad de compartirlas con vosotros.

Que no soy médico, resulta evidente para todos, así que, ¿qué debe hacer cualquier persona medianamente responsable cuando escribe sobre algo que no domina? Consultar a un especialista. Está claro –aunque este punto que tan diáfano resulta para cualquier persona con dos dedos de frente, desgraciadamente no se pone en práctica todo lo que se debiera, ¿verdad, señores de los medios de comunicación?

Algo huele a podrido y, desgraciadamente no es en la lejana Dinamarca, sino en nuestro país –y en otros tantos más cercanos–.

Desde que surgió la noticia de la llamada “Gripe A”, muchas han sido las informaciones vertidas en los medios. Algunas de ellas, cautivaron poderosamente mi atención. Otras, han venido corriendo a través de la red de redes, pero resulta imposible comprobar su veracidad y, mucho menos, contrastar las fuentes. Así que me voy a limitar a señalar aquéllas que, desde mi punto de vista, patinan por sí solas.

Recientemente, el Ejecutivo español ha aconsejado restringir en la medida de lo posible el contacto físico –incluyendo el consabido par de besos de saludo– a la población. Pretenden así controlar el contagio. Primera medida, y primera gran mentira. El virus de la gripe se contagia por vía aérea, por tanto, con el simple hecho de encontrarse en presencia de otros que pudieran haberlo contraído, ya estamos en riesgo de contagio sin necesidad de dar un beso, utilizar un servicio público, tomar algo en un bar o estrechar la mano.

Las mascarillas sirven para controlar el contagio. Verdad a medias. Las mascarillas evitan que la persona que la lleva contagie a otros, pero no protege de contagiarse de la gripe.

La Gripe A es una pandemia. Tercera mentira. Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:

Pandemia:

(Del gr. πανδημία, reunión del pueblo).

f. Med. Enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región.

Por tanto, no es cierto que la Gripe A pueda considerarse una pandemia.

La enfermedad que nos ocupa, es más peligrosa que una gripe común. Cuarta mentira. La gripe a que nos referimos con el término “común” se lleva al año más de 500.000 vidas en todo el mundo, mientras que la cifra oficial de la Gripe A es de 4.379 infectados, según la OMS.

Quise confirmar todos estos datos hablando con un médico, como es natural. El profesional, corroboró mis planteamientos, añadiendo que, lo único que diferencia a la Gripe A de la gripe común –tecnicismos a parte- es que resulta terriblemente contagiosa.

Hasta aquí, todo correcto. Pero estas conclusiones, no hacen sino plantearme nuevos interrogantes. Llamadme “conspiranoico”, pero no podréis negar que hay “casualidades muy casuales” en todo esto.

Por una parte, la elaboración de noticias que están poniendo en alerta a toda la población tildando de pandemia a una enfermedad que, a ciencia cierta, todavía no lo es. Así, están generando un miedo injustificado en todas aquellas personas que aún permanecen sanas. ¿El estado de paranoia conseguirá que se produzcan menos contagios? Está por verse.

Por otra, la enfermedad surge en Méjico, país del que, como era de prever, sale pronto, propagándose a los cuatro vientos. Otra de esas curiosas casualidades, dado que la mayor parte de enfermedades de nuevo cuño surgieron en lugares como Indonesia, África, Oriente Próximo o la India. A mí, me da que pensar, pero puede tratarse simplemente de algo circunstancial.

La vacuna se está produciendo –por parte del Estado español– en farmacias militares.

¿Cómo? Si añadimos este componente al anterior, la mieditis va in crecendo. ¿Por qué la vacuna –que no está a disposición de toda la población– se está elaborando en farmacias militares? ¿Soy el único al que este dato le parece sospechoso? No me dirán que es porque no tenemos laboratorios químicos privados como para producirla a gran escala. Tampoco me dirán que es por tratarse de una pandemia –punto que, ya hemos dejado suficientemente claro, es mentira–. ¿Entonces? ¿Eliminan la posibilidad de negocio? Esto sería honrado, si supiéramos que el gobierno actúa de buena fe y ya lo ha hecho en otras ocasiones, pero esa no me la cuelan. La enfermedad, señores, es un negocio, y muchos son los que se aprovechan del padecimiento de los demás. Por tanto, la única razón que se me ocurre es que los interesados no sean partidarios de las políticas que se están llevando a cabo en España. Pero, es la disculpa que menos me convence. Yo, particularmente, pienso que hay alguna clase de conexión militar que no nos están contando.

En resumidas cuentas, amigos lectores, estamos vendidos. Por ello, besad, abrazad y estrechad manos sin temor alguno. Rezad porque no os toque la china y, en caso de tocaros, por no padecer complicaciones que puedan convertir la gripe en letal. Porque la verdad es que no podemos hacer absolutamente nada.

Síntomas: fiebre alta, tos seca y dolor de garganta. Si observáis estos síntomas, no os pongáis nerviosos, porque puede tratarse de un resfriado común –muy propios de la época en que nos encontramos, además–.

Consejos: en caso de que dos o tres miembros de vuestra familia presenten los mismos síntomas, no acudáis al hospital directamente, ya que, en caso de no tratarse de la famosa Gripe A, podrías contraerla en el complejo hospitalario o, en caso de tenerla, podrías estar fomentando su difusión. Avisad a los servicios de emergencias del 112 y aguardad instrucciones. Ellos se encargarán de contactar con el hospital antes de proceder a vuestro traslado, habiendo tomado medidas especiales para que no se produzca el contagio con otros pacientes en cualquier dirección.

Tanto los síntomas, como los consejos, han sido facilitados por personal médico –en caso contrario no me habría atrevido a incluirlos en este artículo–.

Me despido con la esperanza de haber despejado algunas de vuestras dudas y, por lo menos, haber dado algo más en lo que pensar.

No me queda más que desearos una excelente salud.

Nos leemos en unos siete días.