No soy un gran aficionado al fútbol. De hecho, lo detesto, para qué vamos a andarnos con menudencias. Aún así, la selección española me tiene enganchado a la televisión -ese invento del diablo- cada vez que emiten un partido en el que participa éste, nuestro país.
Quizá porque la crisis y la profunda depresión por la que atravesamos nos obliga a ilusionarnos con algo, aunque sea un sencillo juego de pelota. Puede que porque a España se la siente dentro y el sentimiento asoma orgulloso de cuando en cuando para que no olvidemos entre tanta autonomía y tanta estupidez que seguimos siendo una nación.
¡España sigue imparable! Sólo cabe esperar que machaquemos a Alemania en el próximo partido, así que ¡TODOS CON LA SELECCIÓN!
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