Si hay algo que ha conmovido y preocupado al ser humano desde que cobró razón suficiente como para entender el concepto mismo esa es, sin lugar a dudas, la inmortalidad o lo que es lo mismo, su propia mortalidad.
Hemos desarrollado millares de obras tratando la materia. Podríamos llenar más de una Biblioteca Nacional con todos los códices, poemas y literatura en general que ha versado sobre el hecho. La pintura también ha dado sus frutos, sin mencionar la escultura o la música y, ni que decir tiene, el cine.